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sábado, 11 de abril de 2009

Ruta del Cañón del Río Lobos






La idea inicial era la de conocer los Arribes del Duero. Sin embargo tristes circunstancias nos cambiaron los planes y decidimos recorrer una zona más cercana a Burgos, el Cañón del Río Lobos.

Llegamos el día anterior al que habíamos planeado la ruta ya que queríamos ver desde donde teníamos que salir, las condiciones del terreno por si las últimas lluvias nos habían dejado los caminos muy embarrados, y además tener la ventaja de dormir a pie de ruta, sabiendo que si salíamos antes nos sería más fácil recorrer los sitios más estrechos evitando los atascos si había mucha gente.

Sobre las once de la mañana nos pusimos en ruta, y la verdad que fuimos gratamente sorprendidos por la belleza del entorno, y la singularidad de la ruta, ya que además de transitar por unos lugares de ensueño y con vistas impresionantes, las condiciones de los senderos eran buenas y ofrecían oportunidades para vadear el rio sin bajarse de la bici, además de ser sinuosos y no permitir al ciclista ni un despiste si no deseaba llevarse un susto.

Alcanzamos la zona de la ermita y la cueva grande, para posteriormente llegar a una zona de reserva por la que la ruta de hacia a veces mas complicada, pero sin llegar a serlo demasiado. Una vez llegamos al puente de los siete ojos, continuamos la ruta hacia el sumidero del chorrón, desviandonos a la derecha. Esa fue la zona elegida para reponer fuerzas despues de lo cual decidimos realizar una nueva ruta.

Todavía ignoramos el porqué, no se si nos equivocamos de camino al principio o la ruta no estaba señalizada como lo estaban las demás, pero la cosa es que estuvimos dando vueltas por caminos que se adentraban en un bosque de pinos y siempre con identico resultado. Los caminos se nos acababan de repente y nos veíamos obligados a dar la vuelta y tomar en alguna de las bifurcaciones anteriores caminos que antes habíamos desechado. Al final ya no se ni como, encontramos un camino que no se acababa que nos llevó hasta un refugio de cazadores que nos indicaron como podiamos llegar al punto de partida.

Curiosamente fue ese camino de vuelta uno de los momentos mas dinamicos y divertidos de la ruta pues despues de superar algun que otro repecho, discurría por un pequeño cañón que descendía poco a poco y que nos llevó a encontrarnos en la zona de la reserva que habíamos recorrido por la mañana, y que además se encontraba a pocos kilometros del punto del que habíamos salido por la mañana y al que debíamos regresar. Con las fuerzas renovadas, y las ganas de vadear el rio sin bajarnos de la bicicleta intactas, lo cual propició que llegaramos un poco más mojados de lo normal, acabamos la ruta con un buen sabor de boca.